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El Cristo aguafiestas

Quisiera decir a los jóvenes una palabra valiente y segura en relación con lo que más les interesa, que es la felicidad; hablarles de algo que a muchos les da vergüenza mencionar. Podría decirles muchas cosas, pero quiero hablarles de algo que considero lo más importante en su vida. Voy a hablar de una persona, de la persona que más les estima, que más les aprecia y les quiere en este mundo: Jesucristo.

Suele pensarse, sobre todo entre los jóvenes, que Cristo es un «aguafiestas». ¿Por qué? Porque prohíbe todo a los jóvenes: diversiones, amor, y les dice: «no hagas esto, no hagas aquello ni lo de más allá». Un Cristo antipático, negativo. Ante Él, los jóvenes, que gustan de vivir la vida en grande, piensan: «Cristo no nos interesa, no es para nosotros, en la juventud no se puede ser cristiano.» Pero eso no es cierto, ¡no es cierto!

Cristo prohíbe sólo lo que te hace daño: el pecado, el mal de tu vida, lo que mata las ilusiones y hace envejecer prematuramente. No prohíbe que te diviertas; pide que lo hagas sanamente y así te diviertes más y mejor. No te prohíbe amar. Dios es el Amor con mayúscula, no puede prohibírtelo, al contrario, puedes y debes amar de verdad, pero de acuerdo con las reglas del juego, no trampeando, no abusando, sino respetando el amor. ¡Qué fácil y qué difícil! Fácil porque todos sienten el amor y difícil porque el verdadero amor es lo contrario del egoísmo, y todos estamos llenos de egoísmo hasta la coronilla de la cabeza.

Cristo te pide que en todas partes vayas en gracia de Dios. Vivir en gracia es lo contrario de vivir en pecado, es ser amigo suyo. En la calle y en gracia de Dios, en las diversiones y en gracia de Dios, con las niñas y con los niños pero en gracia de Dios. Por lo tanto, Cristo no te prohíbe nada de lo que legítimamente debes disfrutar en la juventud, al contrario, quiere que seas un joven alegre, y cuanto más alegre, mejor. Pero, es más, sólo Cristo puede dar auténtico sentido y valor a tu juventud.

Sin Cristo no eres feliz sino a cuenta gotas, no te realizas plenamente. Podríamos hablar de borracheras de felicidad, pero que luego dejan amargura y decepción. Nada en la vida llega a llenarte plenamente. Como decía aquel que lo experimentó: «Nos has hecho, Señor, para Ti, y nuestro corazón estará insatisfecho hasta que descanse en Ti.»

Juventud sin Cristo es igual a juventud sin alma; juventud en pecado, negra juventud. Juventud en gracia, juventud con Cristo: son los mejores años de la vida. Con Cristo se vive mejor, mucho mejor, con alegría y paz en el alma; es una alegría de mayor calidad que la pura alegría exterior. Es el mejor shampoo porque rejuvenece desde dentro, no solo la piel. Unos ojos que denotan la presencia de Dios son infinitamente más hermosos.

¿Quieres probar la verdad de todo esto? Te invito a hacerte amigo del mejor amigo, que perdona siempre, que olvida y es siempre fiel. A tu edad se puede vivir así, en amistad con Dios aunque con luchas y caídas, porque se puede si se quiere.

No hay derecho a que los jóvenes traicionen a Cristo, no hay derecho a que vivan una juventud triste y sin alma; Cristo es la persona que más te quiere en el mundo, lo que más necesitas en tu juventud para resolver tus problemas interiores, para no echarte a perder en estos años tan importantes, que pueden ser los más hermosos o los más tristes de tu vida.

¿Dónde encontrar a este amigo? Ya lo sabes, en los Sacramentos. En la confesión encuentras al Cristo que cura, que perdona, que olvida; en la Comunión, al Cristo que da fuerza, que alimenta, que ama; en el Sagrario de cualquier iglesia, ahí te espera: «Venid a mí todos los que andáis con problemas y dificultades y yo os ayudaré.»

Yo digo que es la persona que más te quiere en el mundo. Por ti se hizo hombre, por ti nació en una cueva, pobrísimo, en un pesebre de animales; durante 30 años quiso trabajar con sus manos ganando el pan de cada día, y murió en una cruz para salvarte.

¿Tú buscas la felicidad, el amor, la alegría, la vida? ¿Será cierto que Cristo tiene todo eso para ti? ¿O será una mentira? No sé cuántos se atreven a hablar a los jóvenes de Cristo. Yo sí me atrevo, para mí es lo más grande, es el mensaje más importante que se le puede dar a un joven.

¿Quién ha hecho felices a más hombres y mujeres que Jesús? ¿A quién han seguido más millones que a Jesús de Nazaret? ¿Cristo un aburrido, Cristo un aguafiestas? No sabes lo que estás diciendo.

Foto de Ozan Öztaskiran en Unsplash